El apicultor nos dejó un bote de miel, pero era diferente de los demás porque le faltaba la etiqueta. Entonces nos pusimos manos a la obra para solucionar este pequeño detalle. Hicimos un concurso de etiquetas.
Antes que nada estuvimos de acuerdo en que solo podíamos poner una etiqueta a nuestro bote y que para elegirla tendríamos de jurado a la seño María Jesús y a la seño Conchi. Nuestras etiquetas quedaron así de bonitas. No llevaban el nombre para que no supieran de quién era cada etiqueta.
Y el jurado se pronunció con el siguiente veredicto...
Y desde entonces la etiqueta de Paola está en nuestro bote de miel y el resto colgadas en la clase.
Después de esto y aprovechando que sobraron manzanas y que teníamos miel, hicimos una sencilla receta que a continuación os detallo.
Primero, nos lavamos bien las manos porque íbamos a cocinar y luego preparamos todo lo necesario. Explicamos cómo se escribe una receta y qué partes tiene y luego seguimos todos los pasos y la preparamos.
Ya solo quedaba probarla. Y aquí fue cuando más me divertí. He descubierto que hay niños que aunque no le guste algo por el hecho de haberlo preparado al menos lo prueban, otros que le encantan la miel pero la manzana no y otros que le encantan las manazanas pero la miel no. Así que hubo para todos los gustos. Todos disfrutamos mucho y lo mejor...¡qué sano y qué económico!
Así que ya sabéis, ahora os toca a vosotros cocinar en casa...